El rumor sobre la existencia de un robot en el campus, cada vez se extiende más y más, se han organizado patrullas que se dedican a recorrerlo de día y de noche, equipadas con poco más que una linterna y muchas ganas de descubrir ese secreto, grupos de hasta diez estudiantes revisan cada día y casi cada hora cada uno de sus rincones. El debate generado, es parecido al que se genera cuando algo misterioso ataca la conciencia del ser humano, ya sea el monstruo del Lago Ness, Bigfoot, o un espíritu en pena que ronda el lugar de su muerte, siempre hay dos bandos enfrentados, aquellos que deciden creérselo y aquellos que no. Tanto es así, que el problema está empezando a ocupar un lugar preferente en redes sociales, el hashtag #unrobotenelcampus lleva siendo trendic topic desde que se lió ese debate en clase de Cristobal, y que parece que no sólo no fue capaz de apaciguar, sino que encendió todavía más la polémica. De las redes sociales, le queda sólo un pequeño paso para pasar a ser un hecho noticiable de acuerdo a los medios de comunicación con los que la masa, todo el mundo, se alimenta, y en ese proceso de pasar de ser un tópico caliente entre unos cuantos estudiantes ha ser un hecho noticiable, ha llamado la atención también del Rector del campus, que agobiado por el rumor que tanta fuerza a cogido, intenta anticiparse al fuego que amenaza con devorar la reputación de la universidad y ha decidido que lo mejor es ir empezando a construir un cortafuegos, en que va a consistir ese cortafuegos, y como va a ser aplicado, es justo lo que está decidiendo ahora mismo junto al resto de profesores, en una reunión que ha pillado a todos por sorpresa, muchos de ellos ajenos completamente a eso que ahora llaman los medios alternativos de comunicación, y que ha sido convocada por un email el día anterior por su organizador, el Rector. Como no, entre esos profesores está Cristobal, por dentro temblando, nervioso, consciente de la gravedad del problema y el riesgo que corre, aferrándose a esa especie de salvavidas que siempre aparece cuando más lo necesita, que se siente atraído por ella y que ella lo sepa, no ha hecho que Julia haya dejado de ser su mejor amiga.

– Rector: Supongo, que ya todos sabéis, por lo que estamos aquí todos reunidos.

Ante esas palabras de bienvenida, la mayoría, de los que están allí reunidos, ha puesto cara de no saber nada de lo que está pasando, en el correo, el Rector únicamente se limitó a decir que ante la gravedad de los rumores que estaban contaminando el ambiente y reputación de la universidad, su dirección se veía obligada a hacer algo.

– Rector: Por vuestras caras, veo que todavía muchos no saben de que estamos hablando. Bueno, pues déjenme que se lo explique. En la universidad existe un rumor, que está extendiendo muy rápidamente por culpa de las redes sociales, de que hay un robot suelto en ella. No me miren así, yo pienso lo mismo que estáis pensando muchos de vosotros, que eso es imposible, que el estado del arte, no permite hacer nada de eso todavía. Pero ante los rumores, y sobre todo, el empeño que están mostrando nuestros estudiantes en encontrarlo, tenemos que hacer algo para matar ese rumor. De eso es de lo que quería hablar con vosotros hoy.

Los profesores, en la mayoría de los casos que han aprendido a vivir siendo ignorados incluso por sus alumnos, no entienden que pintan todos ellos en esa supuesta decisión, son más de cien, y ni siquiera los más veteranos recuerdan nada parecido, nunca antes se les había preguntado sobre ninguna decisión, menos una de supuestamente tanta trascendencia. Reunidos en una de las clases de la universidad, tras la explicación del Rector, la mayoría se mira los unos a los otros sin saber que decir o que hacer, y aquellos que tienen la mala fortuna de estar delante de la visión del Rector, se aferran en mirar hacía otro lado intentando esquivarla siempre que sea posible. Existe no un silencio incomodo, más bien un murmullo incomodo por culpa de aquellos que no estando delante del Rector, se animan no sólo a mirarse, sino a comentar con sus compañeros de al lado sus impresiones sobre el problema.

– Rector: Supongo, que a la mayoría de vosotros la noticia le ha pillado por sorpresa. Por favor, dejar de hablar un momento entre vosotros, y dejarme que os de mi visión de lo que pasa y el porque de está reunión tan inesperada. Sigo diciendo que el estado del arte actual, no permitiría crear una aberración así, lo que los alumnos se están empeñando en llamar vida inteligente artificial, que eso es imposible. Pero si eso que es imposible ha ocurrido y alguien lo ha hecho posible han podido ser dos grupos los culpables, o bien algún alumno aventajado que movido por la inspiración se ha atrevido a realizar dicha genialidad contraviniendo no sólo el estado del arte, sino la ley, o uno de vosotros, lo cual me parecería mucho más lógico y posible por culpa de la disparidad de conocimientos que existe entre vosotros y ellos.

A Cristobal no le habría hecho falta ninguna de las explicaciones que el Rector ha dado para ya saber lo que hacía allí, sabiendo lo que el ya sabe, sabía que sospecha de ellos, y si existe alguna lista negra formada por aquellos con más probabilidades de haber infringido la ley por culpa de sus habilidades, él tiene que ser uno de los primeros en ella. Se pregunta que estará haciendo ahora Arturo, ayer cuando ambos se escaparon por los pelos de esa redada estudiantil, lo dejó contento en el laboratorio como el niño que viene por primera vez de un parque de atracciones.

– Rector: Veo, que seguís sin saber que decir. Pues dejarme que hable yo por vosotros, la universidad va abrir una investigación y cada uno de vosotros va a tener que dar explicaciones de lo que hacer con sus recursos.

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