Tras acabar la intervención de los abogados la Jueza declara la suspensión de la vista para conceder dos horas al jurado en las que decidir sobre la inocencia o culpabilidad de la acusada, Francisca. Se enfrenta a una condena de más de 10 años de prisión, aunque por buen comportamiento y bajo supervisión psicológica puede quedar considerablemente reducida. La Gran Revolución, acabo con las fronteras y los estados, con el dinero y la propiedad privada, pero no ha sido capaz de encontrar una formula mejor para castigar a los criminales que privándoles de libertad. Las cárceles son un invento relativamente moderno, su uso se extiende como medio de represión del Estado durante el siglo XIX y siglo XX, si tenemos en cuenta que hasta entonces era el cuerpo del reo y no su alma el que era torturado, podemos marcar como fin al castigo corporal con la Revolución Francesa donde se introduce el uso de la guillotina y se extiende la prisión. No obstante la cárcel solo se utiliza para los delitos más graves contra la integridad física o moral del ser humano.

Los tres amigos Julia, Ricardo y Evaristo, salen de la sala confusos, cada uno internamente tratando de averiguar cual es la verdad de lo ocurrida, y tras recoger cada uno un refresco y un sandwich que han repartido a la salida de la sala para los asistentes a esa experiencia de justicia pública, empiezan una conversación con el fin de acabar con ese debate interno del que cada uno es víctima, y finalmente sellarlo con la culpabilidad o inocencia de Francisca.

Y sellada la apuesta, los amigos se relajan, de vez en cuando alguno abre la boca para volver a crear discordia, pero rápidamente la cuestión es zanjada en los términos que ya hemos visto, se les nota que llevan tres días de trabajo y dos asistiendo al juicio, están cansados. Sólo los vuelve a mover de su sitio el silbato del ayudante del juez, otro puesto de trabajo obligatorio, que los avisa para entrar de nuevo en la sala, ya han pasado las dos horas y ha llegado el momento de escuchar el veredicto.

Tras esperar unos minutos a que todo el mundo se siente. La jueza se dirige portavoz del jurado, que al igual que el propio jurado elegido entre los habitantes de la ciudad, también ha sido elegido por sorteo, pero sólo entre el resto de los miembros del jurado.