Después de lo que sucedió todo pasó muy deprisa. Hubo otro juicio en el que Evaristo declaró como testigo, la Milicia desapareció definitivamente y fue sustituida por otra organización paramilitar en la que se cambió su nombre, ahora se llama Ejercito Paramilitar del Pueblo o simplemente EPP, y en la que gracias a ese juicio ya no quedó ni rastro de ninguno de los que habían participado en el montaje con el PML y el secuestro de Julia. El PML dejó de existir completamente, y fue absorbido por la comunidad donde se integró, todavía había padres e hijos, nietos y abuelos, pero el tiempo hizo que poco a poco cada vez hubiera menos. Cuando pasaron los cinco años de condena de aquellos del PML que fueron a la cárcel, fueron bien acogidos, al menos aparentemente, no había rencor en la sociedad donde se integraron.
Lo de Evaristo y Julia desde que se dieron ese primer beso ya no paró de crecer. Se convirtieron en pareja, y raro era no verles juntos de la mano. Luego Evaristo se mudó a vivir a casa de Julia, y hoy parten en una nave juntos hacía Marte.
Ahora están haciendo los dos las maletas para irse. Por mucho que se quieren no han podido evitar discutir durante el proceso, Julia quiere llevarse más ropa de la que puede, y Evaristo continuamente le está pesando la maleta para demostrarle que se ha vuelto a pasar de peso.
- Evaristo: Julia, no me hagas pasar el mal trago de que nos paren a la entrada de la nave porque la maleta pasa de más.
- Julia: Es que no se que dejar. Mira estos pantalones vaqueros, ¿de verdad quieres que los deje? Lo digo también por ti.
- Evaristo: No me hagas chantaje.
- Julia: Pues elige tu, a ver, ¿qué quito de la maleta?
- Evaristo: Yo no voy a elegir por ti que quitas de la maleta.
- Julia: Es que yo no puedo.
- Evaristo: Venga, no hagas más el tonto que en media hora tenemos que estar saliendo de casa.
- Julia: Siempre estás metiéndome prisa.
- Evaristo: Es que siempre estás llegando tarde.
- Julia: Vale, esto y esto fuera, y esto y esto también.
- Evaristo: No eso no.
- Julia: No has dicho que no querías elegir.
- Evaristo: Elige otra cosa.
- Julia: Quita, que al final llegamos tarde pero por tu culpa.
Pasa la media hora y Julia ha conseguido estar lista, Evaristo por su parte ha conseguido resistirse para dejarla que acabe. El viaje hasta donde la nave despegará, lo hacen en dos bicicletas eléctricas especiales diseñadas para transportar carga, y no tardan mucho en llegar a su destino. El lugar de despegue esta a escasos kilómetros de las afueras de la ciudad, hace un par de años que se trasladaron a vivir a la ciudad elegida para el despegue. Evaristo cuando llegan se queda impresionado por el tamaño de la nave. Es un artefacto especialmente diseñado para la ocasión, en el caben 500 astronautas, un número impensable algunos siglos atrás, aquellos que pisaron la Luna por primera vez no viajaron más de tres en su nave. Es gigante, enorme, de color plateado reluciente, es como una bala de cañón con alas a la que han pegado propulsores a cada lado.
- Evaristo: ¿Has visto eso?
- Julia: Para no verlo.
No son los primeros en llegar, los astronautas se amontonan en la pista de lanzamiento, y también los que no lo son. Hoy es un día histórico para la humanidad y nadie quiere perderse el evento. Los blogueros periodistas no paran de hacer fotos, de hacer entrevistas, y Evaristo intenta evadirlos como puede, coge de la mano a Julia intentando alejarse de ellos, sus días de dar exclusivas hace unos cuantos años que se acabaron.
A la hora señalada, llaman a todos los seleccionados para que empiecen a embarcar en la nave. Evaristo desde que llegó no ha soltado su tarjeta de embarque ni su documento de identidad, sin ellos todo el esfuerzo físico y mental que ha invertido estos años para ser astronauta habrá sido en balde.
- Evaristo: ¿No se te habrá olvidado el documento de identidad o la tarjeta de embarque?
- Julia: No seas tonto, mira aquí los tengo.
La fila que se está formado por orden de llegada para entrar en la nave es larga, y a Evaristo y Julia les toca más o menos en medio. Como siempre, como pasa en todos lados, algunos tratan de colarse y hay conatos de peleas y discusiones, pero todo se queda en eso, en amagos. Evaristo al verlo se lleva las manos a la cabeza, y le susurra a Julia al oído.
- Evaristo: Y eso que se supone que aquí vamos lo mejor de lo mejor de la raza humana.
- Julia: ¿Y qué tiene que ver una cosa con la otra?
Al final acaban pasando, a la nave una hora después de que empezaran a hacer cola para ello. Pero la espera ha merecido la pena. Si por fuera la nave impresiona, por dentro lo hace todavía más, su interior es completamente blanco, asientos, paredes, techo, suelo, en el que resaltan los pilotos rojos que parpadean por toda ella, son los indicadores de los niveles de oxigeno, de presión, de altura, Evaristo se siento como si al entrar a la nave hubiera viajado en el tiempo, y de repente ahora fuesen 300 años más de lo que hoy el calendario marca, es una autentica maravilla de la ciencia en la que los mejores científicos del mundo ha trabajado sin descanso durante años, y eso en cada detalle se nota.
Está muy nervioso, y aunque Julia no diga nada esta convencido de que también lo está. Se han sentado juntos, y puede sentir como coge su mano con más intensidad de lo habitual, se la está estrujando, y a Evaristo eso le gusta, le hace recordar la suerte que tiene de haberla conocido, de irse de la Tierra con lo único que le importa de toda ella.