Hasta cuando eres extorsionado tu vida es capaz de estabilizarse. Evaristo se acaba acostumbrando a ver todas las mañanas la pintada de “Asesino”, y cuando la borran tras una semana, la hecha de menos. Que su bicicleta sea saboteada pasa a formar parte de la monotonía diaria. Lo único a lo que no es capaz de acostumbrarse es a la sensación de sentirse odiado sin motivo justificado.


Hoy acaba el plazo de un mes para votar. El tiempo ha pasado rápido, muy rápido, al igual q ha sido de rápida la transformación de Evaristo. En este tiempo, el proceso que comenzó cuando pasó a formar parte de la Milicia, se ha completado, ya no se parece en nada a lo que antes era. Ahora desconfía de todo y todos, la vida le está enseñando que no puede fiarse de nadie. Además de esa transformación interna, externamente, como es visto por aquellos que lo conocen, también ha cambiado, pasó de ser un ser anónimo a ser conocido, se ha dado cuenta como lo miran por la calle, como las conversaciones se interrumpen cuando él se acerca a ellas, como los blogs de noticias se han llenado con noticias en las que aparece su nombre. La primera entrevista fue todo un éxito, y esto provocó que no fuera la última, durante el mes raro ha sido el día que ningún bloguero se le haya acercado para preguntarle algo.


En todo lo demás su vida no ha cambiado en nada, se sigue teniendo que levantar temprano para ir a trabajar, en la universidad le sigue doliendo la mano por culpa de coger apuntes y está deseando pasar a la parte práctica, y sigue enamorado de Julia, la única que es capaz de romper la burbuja donde de forma voluntaria se ha aislado.


Para conocer el resultado de las votaciones Evaristo se ha preparado concienzudamente. Hay una botella de vino encima de la mesa que tiene pensado abrir cualquiera que sea el resultado, si gana el Sí pues para celebrarlo, y si pierde el Sí, para enmascarar el amargo sabor de la derrota. Y por fin llega la cuenta atrás para que sean las 12 de la noche y se hagan públicas las votaciones, mirando el reloj de su portátil fijamente cuenta los segundos para que acabe el día “nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno”. De repente, aparece el la web donde se ha votado durante todo el mes una pestaña que antes no había, “Conocer Resultados”. Nunca antes había estado tan pendiente de una votación, nunca se había quedado horas delante del portátil esperando a que llegase la hora, siempre había esperado hasta el día siguiente para saberlo, e incluso ha habido veces que ni siquiera al día siguiente se ha interesado por el resultado. Pero esta vez es diferente, porque pulsando en esa pestaña que desvela los resultados va a averiguar si todo el sufrimiento acumulado por culpa del bullying que ha sufrido y sigue sufriendo, ha tenido sentido. Tiene sentimientos contradictorios, por un la miedo siente miedo de saber que ha pasado y por otro lado no es capaz de esperar más a saberlo. No obstante, no hay dos opciones, saberlo o no saberlo, así que sin pensarlo más pulsa en la pestaña.


De forma instantánea aparece delante de sus ojos los resultados, ha votado casi un 80% de la población, y ha ganado el Sí por un escaso margen del 53% de todos los votos. Una sensación de alivio se extiende por todo su cuerpo, y la tensión acumulada durante todo el mes automáticamente se transforma en una carcajada incontrolable. Le llega la sonrisa de oreja a oreja. Abre la botella de vino, llena su vaso, y falta algo, es momento está incompleto, y en seguida se da cuenta de que ese algo es Julia, por lo que a pesar de las horas que son la llama al teléfono. Julia tarda en coger el teléfono, pero al final acaba respondiendo.

Se despiden y en cuanto cuelga, otra vez se vuelve a quedar solo. Pero apenas ya le queda mucho tiempo para poder sentir esa soledad, porque él también está muerto de sueño, la copa de vino también hace efecto, y lo mejor que puede hacer es irse a la cama, aunque hay algo que le interrumpe, poco después de colgar y rematar lo que quedaba de vino en su vaso, empieza a oír fuertes explosiones en la calle, parecen disparos, y con algo de miedo se asoma a la ventana para ver que está pasando. Descubre que lo que explota son cohetes de colores, fuegos artificiales, invento chino que lleva milenios utilizándose como una forma de celebración. Se queda un buen rato embobado mirando como los colores se dispersan en el aire para luego desaparecer hasta que ya no hay más. Es un buen broche final para irse a la cama. 
Ya en la oscuridad de su habitación, se acuerda de alguien igual de importante. Que igual que él también se ha hinchado a hacer entrevistas y explicar su postura, y que es la más directamente afectada por los resultados de hoy. Se acuerda de Gloria y de lo feliz que tiene que estar al saber que ya si que es imposible de que ya le hagan nada. Al acordarse de Gloria también se acuerda de su contraparte, el Martillo. Se lo imagina sólo al igual que él, fumando mientras maldice delante de la pantalla de su ordenador, ¿qué va a decir ahora de las torturas cuando sepa que Genaro y todos los que con él están son tan libres y tienen tantos derechos como él?