Tras un largo sueño y un copioso desayuno toca la visita guiada a la estación marciana donde ahora viven. Su cuerpo todavía sufre el desajuste horario por culpa del viaje, los párpados le pesan, tiene sueño, está cansado, aunque todo no es culpa del viaje, Julia que parece sufrir de lo mismo, también tiene parte de culpa. Ambos hacen lo posible por atender a todas las explicaciones del guía, un ingeniero informático que es el encargado de que el software que controla todo el entramado electrónico de la estación funcione. Que sea él quien da la visita guiada no es una casualidad, hay una razón de peso, es él quien mejor conoce a Gustavo, la inteligencia artificial con la que los nuevos inquilinos tendrán que interactuar para casi cualquier cosa. Justo caminan por la planta donde se construye el agua, y el guía fanfarronea del ingenio de su invento haciéndole preguntas sobre la calidad del agua, o en nivel de las reservas de oxígeno e hidrógeno con las que se fabrica.
- Guía: Gustavo, ¿cuál es la cantidad de cloro aplicada a la reserva de agua?
- Gustavo: Un litro por cada 100.
- Guía: Gustavo, ¿para cuantos más litros de agua tenemos con las reservas actuales de oxígeno e hidrógeno?
- Gustavo: Para 1.000.000 de litros.
- Guía: ¿Y eso cuantos días son contando con el número actual de habitantes que tiene la estación?
- Gustavo: Para 300 días.
- Guía: Por cierto Gustavo, recuérdame cuantos estamos viviendo ahora en la estación.
- Gustavo: 555.
- Guía: ¿Has tenido en cuenta la nave que ayer llego?
- Gustavo: Sí.
- Guía: Hace un poco de calor Gustavo, baja la temperatura dos grados de la habitación donde estamos.
- Gustavo: De acuerdo.
- Guía: ¿Veis como funciona?, cualquier pregunta, cualquier cuestión que tengáis que hacerle, sólo tenéis que hacerlo dirigiéndoselas a él, para eso, tenéis que utilizar su nombre, en caso contrario no atenderá. ¿Hay entre vosotros algún Gustavo?
Es en lo que estaba pensando ahora mismo, y ¿si hay algún Gustavo y no es a la Inteligencia Artificial a la que va dirigida la cuestión. Cuando ve que tres manos se levantan de entre los 500 “turistas” no puede evitar reírse.
- Guía: Sé lo que estáis pensando. Pero no os preocupéis porque no va haber ningún tipo de confusión. Gustavo sabe que se refieren a él por el tipo de orden o cuestión que se le hace, así que si por ejemplo ninguno de los tres Gustavos que han levantando la mano tiene como cometido poner la alarma a la hora a la que os levantareis mañana, pues será la Inteligencia Artificial quien responda y quien lo haga. Atentos. ¿Verdad Gustavo?
- Gustavo: Eso es cierto, detecto las ordenes que se me dan porque su contenido encaja con alguna de mis funciones.
- Guía: Otra de las cosas de la que os habréis dado cuenta es que Gustavo está en todas partes. Da igual que estéis en el cuarto de baño de vuestra habitación, o en el comedor de la estación espacial, Gustavo estará allí para ayudaros, o simplemente para mantener una conversación cuando os sintáis solos. ¿Verdad Gustavo? Por cierto Gustavo, tengo añoranza de la Tierra, ¿qué me recomiendas?
- Gustavo: Verdad. Puedes ir a visitar el jardín botánico de la estación.
- Guía: Pero estoy cansado y no me apetece.
- Gustavo: Puedo ponerte algo de música clásica que te ayude a sentirte como en casa sin necesidad de moverte.
- Guía: Eso es Gustavo, pon música.
Por los altavoces empieza a sonar Mozart, es una opera, Las Bodas de Figaro, enseguida la reconoce por como empieza.
- Guía: Os aviso, Gustavo se va a convertir en vuestro mejor amigo.
- Nuevo habitante de la estación espacial 1: ¿Puede escuchar y ver todo lo que decimos o hacemos?
- Guía: Sabía que alguien haría esa pregunta. Los que os preocupáis por vuestra intimidad estar tranquilos, Gustavo es un amigo discreto.
- Nuevo habitante de la estación espacial 2: Eso quiere decir que sí.
- Guía: Eso quiere decir que a Gustavo no hay forma de apagarlo, quiere decir que Gustavo no es sólo la forma en que hemos decidido que queremos interactuar con el software que a su vez controla el hardware que hay en la estación espacial. Gustavo es una medida más de seguridad, Gustavo ayuda a mantenernos con vida, esa omnipresencia que hemos decidido concederle puede salvarnos la vida. Por ejemplo, si un incendio se origina en alguna parte de la estación espacial, no va hacer falta llamar a los bomberos, Gustavo lo hará por vosotros y además activará el agua que brotará del techo, o si alguno de vosotros sufre un infarto en la cama mientras duerme, Gustavo detectará que vuestras constantes vitales se han parado y avisará rápidamente a un médico para que vaya a salvaros, o si un grupo de alienígenas enfadados invaden la estación, Gustavo será el que primero active todas las medidas de seguridad, incluso disparando contra ellos sin que nosotros tengamos que mover un dedo. Para muchos Gustavo puede ser un mal, pero debéis de tener en cuenta que es un mal necesario.
Al oír las última palabras un escalofrío le ha recorrido por todo el cuerpo. Espera que el Guía, ese que se autoproclamado padre de la invención sea de verdad un genio, porque sino están fastidiados. Nunca lo hace, siempre ha sentido vergüenza y no le ha gustado hablar en público, pero tiene que hacerlo, sino no lo pregunta reventará, se irá a la cama preocupado, le dará vueltas a la cabeza sin parar, necesita saber imperiosamente cual es la respuesta a la pregunta que le ha quitado la tranquilidad. Da un paso al frente, levanta la mano, y alto, de tal forma que todo el mundo pueda escucharlo dice:
- Evaristo: ¿Y si Gustavo decide que nos quiere matar a todos y corta el oxígeno?, ¿o alguien lo hackea y lo decide por él?
- Guía: Respóndele tu Gustavo.
- Gustavo: Está inscrito en los más profundo de mi código fuente que no puedo hacer daño a ningún humano.
Tampoco es que la respuesta le haya dejado más tranquilo.