Mientras espera a Gloria revisa todo lo que anoche hizo, no es mucho, pero al menos es lo suficiente para dar argumento a la propuesta de paz. Como siempre ha llegado antes de la hora a la que habían quedado, pero apenas le da tiempo a leerlo entero cuando Gloria aparece.

Evaristo levanta la mirada y deja de leer, para fijarla en la cara de Gloria que amablemente lo está sonriendo.

Evaristo le entrega el folio de papel reciclado que tiene en la mano y Gloria empieza a leerlo detenidamente, mientras empiezan a caminar en dirección al parque que hay a pocos pasos de donde habían quedado. 
“Vota Sí por la paz con el PML
Estamos ante un momento histórico, nunca antes habíamos tenido la paz tan cerca. Podemos evitar más muertes, heridos y mutilados por culpa de las armas, con simplemente votar que Sí. 
Las condiciones son simples:

  1. Máxima condena de 10 años de prisión.
  2. Todos los miembros del PML que se entreguen deberán ser encerrados en la misma cárcel.
  3. Amnistía total para los niños y ancianos que se quedaron en la cueva.

Y son la única forma de que pueda cicatrizar la herida por culpa la cual nuestras dos comunidades están divididas. No se nos está ofreciendo una paz a cualquier precio, habrá condena de cárcel para resarcir del daño a nuestra sociedad y aquellos que hayan sufrido por culpa de actos de guerra por culpa del PML, los únicos amnistiados son aquellos que no pueden luchar y que viven presos dentro de nuestra comunidad, por lo que a este problema también le estaremos dando solución.
Que tengamos razón y más fuerza no nos legitima para que de forma irremediable la usemos hasta aplastar a todos aquellos que la desafían. Podemos ahorrar muertos, sufrimiento en ambos bandos, que lo único que van hacer es dividirnos todavía más y situar el objetivo de la paz cada vez más lejos.
Debemos de ser conscientes de que no hay una solución mejor, que la rendición absoluta del PML es imposible, son siglos ya de su existencia e influencia dentro de nuestra comunidad. 
Es ahora cuando está en nuestras manos el acabar con el sinsentido de la guerra, no dejéis escapar esta oportunidad porque puede que nunca la volvamos a tener y no estemos lamentando el resto de nuestras vidas.”
Gloria al acabar de leerlo se detiene, desde que tiene el papel en las manos ninguno de los dos se ha vuelto a dirigir la palabra. Evaristo también se detiene y aprovecha para detenidamente mirar su rostro, que todavía está sumido en el papel. La alegría que reflejaba cuando ambos primeramente se vieron parece haber desaparecido, ahora parece expresar una infinita melancolía, atisbos de tristeza, y lo hace extrañamente por la falta de cualquier movimiento en su musculatura facial, está amargamente petrificada. Evaristo no aguanta a saber su opinión sobre lo que ha leído, puede que sólo sean unas pocas lineas, y que ayer la inspiración no apareciese, pero necesita oírla decir algo al respecto y la interrumpe de donde quiera que estuviese.

Y ambos continuan de nuevo caminando cada uno abstraído en sus propios pensamientos. Evaristo aprovecha para disfrutar de la hermosa noche, la tranquilidad y relajante paseo por el parque, escuchar con detenimiento los sonidos de los pájaros que yacen en las copas de los arboles por donde pasan, aprovechar para mirar las estrellas y la Luna porque pocas veces se tiene la oportunidad para poder hacerlo. 
Caminando se acaban quedando sin parque, y Gloria al llegar a su otro extremo se despide de Evaristo. 

Y ambos se despiden sin decirse adiós, cada uno camina por su lado. Evaristo deshace los pasos por donde ha caminado junto a Gloria y vuelve a impregnarse del sosiego del parque, pero ahora solo es él quien se derrumba, acaba haciendo efecto en él toda la triste melancolía de Gloria.