- Julia: Ya te dije que no era buena idea lo de meterse en la Milicia. Cada vez estás más metido, y al final no va haber forma de sacarte. Pero no quiero echarte más la bronca, mejor me espero a que me cuentes bien las cosas, ¿quién es el infiltrado?, ¿cómo se ha puesto en contacto contigo?, ¿por qué te ha elegido a ti?
- Evaristo: Si te lo cuento, me tienes que prometer que no vas a decírselo a nadie. Vas a ser la única persona que lo sepa aparte de mi.
- Julia: Ya sabes que en mi puedes confiar.
Y Evaristo a mirar los ojos de Julia no puede resistirse a guardarse por más tiempo el secreto para si solo. Si de verdad la quiere, no puede haber secretos entre ellos que minen su confianza, porque sin ella ninguno de los dos puede estar enamorado del otro.
- Evaristo: A mi también me resulta todo raro. Un día me levante con el pie equivocado de la cama y acabe enrolándome en la Milicia, ¿te conté porque? La culpa la tiene la maldita granja, unos cuantos días degollando ovejas y me entraron ganas de aprender a defenderme, ¿no sé si te has dado cuenta de lo violento que es el ser humano por naturaleza? Se me metió en la cabeza que día podía ser yo el que degollasen. Excusas aparte, una cosa ha llevado a la otra, y de repente me convertido en el contacto del PML, yo, que soy un ferviente defensor del modelo social actual. Pero la vida es como una fila de fichas de dominó, cuando cae la primera arrastra la segunda, y así sucesivamente hasta que caen todas, un día salve a un miliciano en mitad de una emboscada, ese día me convertí en un héroe, al día siguiente participe en un interrogatorio de uno que resultó ser miembro del PML, al día siguiente asaltamos una cueva llena de miembros del PML gracias al chivatazo del que habíamos capturado el día anterior, a la semana siguiente más interrogatorio, y el mismo día me encuentro una nota de papel en mi bolsillo con una hora y en lugar, acudo y resulta que es un enlace del PML que quiere una paz negociada, según ella me elige a mi porque he demostrado que respeto los Derechos Humanos durante los interrogatorios…¿Ves cómo yo no tengo la culpa? Es imposible que controle nada de lo que ha pasado.
- Julia: Ya te he dicho que no quiero echarte más la bronca, pero te lo voy a decir otra vez, nada de esto te estaría pasando si no te hubieras apuntado a la Milicia. No me convence el argumento de la ovejas, tienes que ser menos impulsivo, adelantarte a los acontecimientos, pensar bien las cosas, y saber que esto que te está pasando te podía pasar. De todas formas ya no puedes hacer nada por cambiar el pasado, y para eso están los amigos, ¿no? para echarse una mano. ¿En que tengo que ayudarte? porque por algo me has traído aquí.
- Evaristo: No te enfades conmigo. Sé que tienes razón. Ahora me estás haciendo sentir mal, porque voy a liarte sin que tengas culpa. Lo más importante ya lo has hecho, necesitaba alguien con quien poder hablar y desahogarme. Pero no es sólo eso a lo que necesito a que me ayudes. Tengo un buen marrón encima, mira.
En ese momento Evaristo gira el portátil y enseña a Julia el formulario web que debe rellenar para que se vote la propuesta de paz del PML.
- Evaristo: ¿Ves?, ¿qué pongo?, ¿qué hago? Quería que me echases una mano con esto. Y no solo eso, si tengo que convencer a un montón de gente de que vote sí, la primera a la que tenía que convencer es a ti, y una vez convencida que me ayudases a convencer al resto.
- Julia: Eres un liante. Pero no voy a dejarte solo. Puedes contar conmigo.
La cara de Evaristo se ilumina, la sonrisa se extiende por toda su cara, las arrugas que ha formado en su rostro cambia completamente su expresión.
- Evaristo: Muchas gracias. Ya tengo un voto.
Julia también se ríe, ya no parece enfadada, sino que transmite cariño, como si quisiera reconfortar a Evaristo, aliviarle de esa carga que hasta ahora sufría solo.
- Julia: Cuéntame más cosas, ¿quién ese ese misterioso enlace?
- Evaristo: Se trata de un mujer de mediana edad…
Evaristo no ha acabado la frase cuando de repente una piedra a la que va atada una nota entra por su ventana. Al escucharla caer Evaristo y Julia se asustan, ambos se medio agazapan con la intención de cobijarse debajo de la mesa, su corazón palpita con fuerza. Evaristo en el sentido de donde proviene el ruido y ve la roca en mitad del salón.
- Evaristo: Mira, mira, ha sido eso.
Julia no dice nada, sigue con cara de miedo. Evaristo se levanta y se dirige al lugar donde yace la roca en mitad del salón donde estaban teniendo la hasta ahora tranquila velada. La roca ha entrado limpia por la ventana, ha sido un lanzamiento preciso, no ha roto nada a su paso ni en su caída. Conforme se acerca ella Evaristo distingue que hay algo atado a ella, todavía más cerca ve que se trata de una nota de papel. Nervioso, aunque sospechando desde el principio su contenido la abre, y la lee en voz alta para que Julia pueda oírlo.
- Evaristo: “Mañana a las 22:00 h. en el mismo sitio de la última vez”.
- Julia: Son tus amigos del PML.
- Evaristo: Eso parece.
Y una vez Evaristo volvió a su sitio, la velada siguió como hasta ahora, Evaristo entró todos aquellos detalles que Julia le pedía, aunque Evaristo poco más le podía contar de lo que ya le había contado. Al menos el incidente de la piedra sirvió para que Julia se diese cuenta de la gravedad de la situación en la que estaba involucrado Evaristo, y para que Evaristo dejase de sentir todo esa presión cayendo únicamente sobre sus hombros. Ahora, al menos, tenía a Julia.