A Evaristo como a cualquier otro ser humano le cuesta recordar con claridad su niñez, además él, como el resto de niños de la Tierra, no dispone de una madre o un padre que le ayude a recordar esos primeros años, como mucho puede acudir a aquellos que han cuidado de él durante su niñez. Los niños y niñas de la Tierra desde la Gran Revolución son arrancados de los brazos de sus madres, en muchos casos literalmente. Cuando eso pasa, son llevados a una parte específica del hospital donde nacen, porque los niños siguen naciendo en hospitales. A partir de entonces, en el momento que abandonan el cuerpo de su madre, ya su salud, su bienestar ya no está a cargo de ella, sino que pasa a estar a cargo de toda la humanidad. Se hace nada más nacer para intentar evitar crear lazos que luego sea cada vez más difícil romper. Los niños y niñas de la tierra hace ya un par de siglos que no saben lo que es tomar el pecho de sus madres, desde el primero de sus momentos fuera del útero materno son alimentados con biberones de leche adaptada a sus necesidades. Por supuesto, Evaristo no recuerda nada de esa primera etapa. Los niños en el hospital son cuidados por los trabajadores forzosos, y algunos y algunas voluntarios, entre ellos los doctores y doctoras. Su memoria empieza a funcionar cuando empieza a ir al colegio, es una época de cambios, tras nacer y pasar las primeras semanas en el hospital los niños son llevados a lo que será su casa durante los próximos 16 años, pero en ella no dan clase, sólo comen, duermen y juegan. Se le viene a la memoria los intentos de escribir los días de la semana o meses en un cuaderno de caligrafía, pero apenas si puede recordar mucho más, recuerda también la cama pequeña donde durmió hasta cumplir 10 años, edad a la que empiezan a tener su propia habitación. En las casas de niños, como así las llaman, recuerda una infancia feliz sin nunca un rato para aburrirse, sin nunca faltarle un compañero de juego, sin nunca un momento sin saber que hacer. De todas formas, aunque siempre tuvo muchos amigos con quien elegir pasar el rato, con quien siempre hizo mejor migas fue con Ricardo, en los primeros años lo recuerda siempre en su cama de su derecha. También se acuerda de Julia, ella dormía con las niñas, pero jugar los niños y niñas juegan siempre juntos, igual que el resto de actividades. Son profesores del colegio han sido siempre los propios niños y niñas que una vez durmieron y comieron en esas habitaciones donde el vivía, fue el sorteo el que decidió su nombre, aunque también había voluntarios como en el resto de profesiones. Nunca les falto de nada para aprender, si bien recuerdo hacer poco uso del papel, casi todo a partir de cierta edad, dibujos, cuentas, libros, se hacía a través de tu tablet debidamente conectada a internet, salvo en exámenes. No cree que su infancia haya tenido nada fuera de lo corriente, nunca le ha faltado de nada ni ha echado de menos a nadie, todo el cariño que siempre ha necesitado lo ha encontrado en el calor de sus amigas y amigos, y en los profesores, profesoras, cuidadores y cuidadoras, que tuvo hasta cumplir los 16 años, edad en la que se mudó a vivir a su casa, en la que ahora vive.

Ya está casi hecha la comida, mientras se termina sola de hacer va a poner la mesa, come solo como de costumbre, aunque a veces alguno de sus amigos va o es él el que va a comer a su casa. Sigue recordando, y para muchos la independencia de los 16 años es una edad complicada, pero él la recuerda con toda la normalidad, decidió que aunque no fuese obligatorio lo mejor era no dejar de ir al colegio, porque para muchos, entre ellos él, son los mejores, eres tu el que elige que estudias, y cuando lo estudias, puedes centrarte en a ciencia, en la historia, o en ambas, y lo único que se te exige es un trabajo final cada cuatro meses, ¿qué mejor hay que elegir que quieres aprender? El apoyo de los jóvenes maestros cada vez es menos necesario, y tienen casi una plena independencia, casi porque consejos sobre uno u otro libro o materia si que siguen recibiéndolo. Cuando acabe el trabajo forzoso quiere ser médico, puede parecer una incongruencia, pero ya sabe a lo que va a dedicar el resto de las horas del día, va a seguir estudiando medicina al igual que hacía en los dos últimos años del colegio. Si sigue así, cuando acabe tiene pensado ser voluntario en los hospitales y ejercer la medicina.

Ya está lista la comida, se sienta a comer que luego ha quedado con Ricardo y el resto para echar un partido de futbol abajo en el parque, eso también lo compagina con el resto de actividades. Ya no hay deportistas profesionales, pero el deporte se respeta igual o más que antes, aquellos que no lo practican no son considerados buenos ciudadanos, no tienen el respeto del resto, y en la sociedad creada tras la Gran Revolución, todo es autoestima y respeto por el resto. El logro principal de la Gran Revolución fue hacer al hombre libre, libre del chantaje por un plato de comida y un techo, libre de tener que prostituirse en cualquiera de las formas, o modalidades profesionales. Pero la exigencia de ser un miembro útil de la comunidad seguía existiendo. 

Para cenar, han quedado todos los amigos juntos también en el parque, van a despedirse, cada uno va a llevar algo de comida. Tiene ganas de ver a Julia.