Ha llegado la hora de salir a la superficie, eso es lo que las palabras de Julia significaban, se acabaron los días en el subsuelo, viviendo de latas de conserva, sin ver un rayo de luz, y únicamente saliendo al exterior para atentar contra los alienígenas. Sin embargo, eso era más la consecuencia de un proyecto, todavía era demasiado pronto, todavía tenía que seguir soñando con jabalís en vez de comérselos, si querían salir a la superficie lo primero que tenían que hacer era tener una superficie a la que salir. Esa fue la principal conclusion que alcanzaron el día en que Julia propuso la idea. Al final el objetivo se ha convertido en ocupar la ciudad de la que han ocupado sus túneles, aunque para eso todavía van a tener que trabajar mucho y tener mucha suerte para seguir con vida. Matar alienígenas en una batalla cuerpo a cuerpo, puede parecer algo complicado, pero al menos es realista, habrá más o menos muertos, pero la batalla se podrá ganar o perder dependiendo de la fortuna que tengan. En cambio, lo de acabar con la amenaza de los platillos volantes no le parece ni a él, ni a casi nadie algo facil, están mejor armados, son más rápidos, no son rival para los aviones aviones y naves espaciales terrícolas, entonces ¿cómo van a salir a la superficie si lo primero que va a pasar es que esos platillos volantes van a destrozar todo a su alrededor? Para eso Julia, también tenía la solución. El día que propuso a los terrícolas salir a la superficie, también propuso más cosas, la más importante llevar la guerra a territorio alienígena con la misma crudeza que ellos la habían llevado a territorio terrestre, ¿cómo? preparando naves espaciales capaces de alcanzar su planeta, si ellos bombardean su ciudad, a ellos no les quedará más remedio que bombardear la suya. Lo primero era echar a los alienígenas de la superficie, y cuando volviesen con sus platillos volantes, pues salir corriendo al subsuelo a esconderse, para volver a salir cuando se marchasen. ¿Al fin y al cabo no era eso lo que los Aliados habían hecho con los Alemanes durante la segunda guerra mundial? Julia había estado más atenta a las clases de historia de lo que el había nunca pensado.
A eso se están limitando sus planes, de momento quieren limpiar la ciudad, y mientras tanto, Segismundo, el ingeniero que fue capaz de entender el plano con el que explotaron la nave, se está dedicando a diseñar una nave espacial con la que poder llegar a la casa de los alienígenas y además con la que poder hacer sombra a sus platillos volantes. Cada día le sorprende más lo listo que es, el día que explotó la nave a base de sobrecargar de combustible sus motores, también hizo más cosas, pues se descargo mucha información que ahora van a poder utilizar para llevar sus planes acabo. Han descubierto de donde vienen los alienígenas, provienen de un sistema solar diferente, pero no muy lejano del que ocupa la Tierra, es decir, según su propia versión “llegar hasta ellos va ser complicado, pero no imposible”, y no sólo averiguo eso, gracias al plano, y la información que descargo de la nave, cree que es posible construir una replica de sus naves con materiales terrícolas, su opinión para esto es exactamente la misma que la que tiene cuando habla de llegar a su planeta “construir la nave va a ser complicado, pero no imposible”. De hecho, ya han empezado a construir una, y para ello están utilizando como base una nave terrícola, un modelo igual al que utilizaron para llegar a Marte y luego volver a la Tierra cuando empezó toda esta pesadilla. Están teniendo la suerte de que los alienígenas no le están dando importancia al subsuelo donde viven, parece que allí les dejan vivir tranquilos, que simplemente están esperando a que se les acaben las provisiones, como diciendo “déjalos, ya saldrán ellos solitos cuando no les quede otra que comerse los unos a los otros”. No obstante, eso puede ser un error que al final pueden acabar pagando bien caro, en el subsuelo no sólo hay latas de conserva, también hay más cosas, como la nave espacial que han empezado a preparar, y según Segismundo todos los materiales necesarios para prepararla, lo único que les hace falta es tiempo y paciencia, y lo primero no se agota nunca, mientras que lo segundo hacen lo posible por mantenerla.
De momento ya han empezado los ataques, siempre en los mismos sitios, siempre en las mismas calles, grupos de 10 o menos hombres y mujeres, guerra de guerrilas, es lo que a ellos por ahora les conviene hasta que sean más fuertes, y lo están consiguiendo. Él ha formado ya parte en más de un ataque, y cada vez hay menos, o esa es la impresión que tiene cada vez que sale a la superficie, es mas difícil encontrarlos, y cuando lo hacen cada vez se mueven en grupos más grandes, antes iban de dos en dos, o incluso de uno en uno, para vigilar la ciudad, ahora lo hacen de cuatro en cuatro, o de cinco en cinco, hasta de seis en seis, y eso sólo significa una cosa, que les están cogiendo respeto, que lo que había parecido al principio una ocupación sencilla se está convirtiendo en algo complicado. Eso les está dando ánimos, cada vez son más los terrícolas que llegan jugándose la vida por conseguir una libertad sin la cual ésta no tiene sentido, llegan más que mueren, y aunque le sigue pareciendo inexplicable, él y Julia siguen con vida, sin haber fallado a ninguna expedición a la superficie. La única colonia humana libre de la Tierra, que ellos sepan, se ha propuesto como plazo para ocupar la ciudad, el día que salga la primera nave espacial terrícola para bombardear con flechas de madera las calles de las ciudades alienígenas. ¿Cuándo será eso? No lo sabe, todo dependerá de los listo que sea Segismundo y su equipo.