Tras la reunión que tuvo con su amigo Manuel, el Indio se ha dado cuenta de que la solución a sus problemas es ciertamente compleja. Si de verdad como cada vez más sospecha, la policía está detrás suya para vengar la muerte de su compañero a consecuencia de su último atraco, le va a ser muy difícil conseguir pruebas. Si de verdad como cada vez más sospecha, están utilizando todos el poder de coerción de que disponen para intimidar a su entorno y aislarlo, es muy probable que todo su entorno este o atemorizado o compinchado. La policía tiene un medio muy sutil de atacar a sus presas, hay dos tipos de individuos, los que han sido invitados a la fiesta y los que no han sido invitados. Los que ha sido invitados a la fiesta, conocen y forman parte del plan, entre ellos puede estar Susana, Manuel, y prácticamente la totalidad de aquellos a los que se dirige y con los que tenga una relación directa a partir de ahora. Indudablemente el objetivo lo es él, y aquellos que colaboren para conseguirlo podrán ser premiados de cualquiera de las formas en que una administración corrompida pueda premiarlos, mientras aquellos que se resistan a colaborar con ellos, pueden ser incluidos en la lista negra, y empezar a ser ellos mismos objeto de coacción como lo está siendo él.

Por ahora ha pensado que lo mejor es no ponerse nervioso. Seguir como hasta ahora, no levantar sospechas con una conducta extraña, no esconderse, no dejar de ir a donde habitualmente va, no increparlos cuando los vea, aunque eso suponga tener que hacerse sangre en los labios al tener que mordérselos. En la semana que ha transcurrido desde que vio a Manuel, el Indio se ha dedicado a seguir buscando trabajo, bar a bar, restaurante a restaurante, a aclarar sus ideas, y a buscar a ese novio del que le habló Manuel. No ha sido difícil encontrarlo, se situó a pocos pasos del albergue al día siguiente de hablar con Manuel y piensa que ha dado con su objetivo. Es un joven de unos 20 años, no de mala apariencia, que se levanta todos los días temprano para ir a clase y llega todos los días tarde cuando llega de ella. No parece que en esta semana se haya dedicado a otra cosa, hasta que ayer, agazapado en una esquina, lo viese saliendo con Isabel corriendo en dirección al parque que hay cerca del albergue. Lo que ha despertado más su curiosidad es la coincidencia de fechas, ha esperado a mostrar su interés por ella, ya que duda que haya sido Isabel lo que se ha acercado a él, hasta que la herencia de Hortensia ha caído de forma irremediable en las manos de Susana. Puede parecer una simple casualidad para aquellos de pensamiento ingenuo, pero para el Indio, que de crímenes sabe un rato, y más después de haberse doctorado en la universidad de la cárcel tras más de 20 años de condena, la coincidencia de fechas sólo puede significar la intención de hacerse con la fortuna que va a heredar Isabel, seguramente gran parte mientras Susana viva, y lo que quede tras su muerte. Lo mismo podrán pensar de él, la diferencia es que a él le es imposible controlar los tiempos de condena, y ha sido solo el azar y nada más que el azar el que le ha traído en este preciso momento a volver a Madrid. Innegablemente también es consciente de como ha cambiado la situación de Susana, de que ahora es rica, y eso es un aliciente por mucho que justifique su retorno sobre la base de una hija común y el remanente de un cariño pasado. Pero volviendo al nuevo novio de Isabel, lo más probable es que la ingenuidad de ella, le impida ver las verdaderas intenciones de su nueva pareja, a esas edades todavía se cree en el amor, y todo se achaca a él sin que ningún otro elemento puede parecer interferir como motivo para el estrechamiento de lazos entre dos personas. Pero hay uno que le preocupa más todavía que su nuevo novio, y ese es Ataulfo, no le da buena espina, de él si que espera cualquier cosa, de sobra es sabido por todo el barrio que no sale del bar Stacy, que vive de contrato temporal en contrato temporal y que tiene más de un vicio. ¿Pero qué puede hacer él? si además Susana le ha prohibo expresamente acercarse a ambas. Lo mejor, como en el caso de la policía, es por ahora estarse quieto, ya tiene gran parte de la información que necesita y con eso le es suficiente como para tomar una decisión en el momento en que sea necesario. Durante esta semana, también se ha dado cuenta de una cosa, al novio de Isabel también le sigue la policía, el también sufre del mal de la alarma por la mañana con sirenas de coche patrulla, a la hora de salir de la universidad y a la hora de llegar a casa. Y probablemente pronto empiece a sentirlo de forma más intensa como empieza a sentirlo él. Porque ahora sospecha abiertamente de que su cortaúñas y sus chanclas estaban en su maleta cuando salió de la cárcel tal y como recuerda y que es posible que su ausencia se debe al mismo jueguecito macabro al que los está sometiendo la policía. Esto solo puede significar una cosa, que la policía también está interesada en la fortuna de Susana y no quieren que Segismundo se acerque a Isabel porque, seguramente, le tengan preparado otro candidato que sea más de su agrado. Parece de todas formas que el universitario no se ha dado cuenta, pues no parece percatarse de su presencia ni de sus provocaciones, mejor para él, en el momento en que te das cuenta es cuando de verdad empiezas a odiarlos. Eres un ciudadano normal hasta que un día te empiezas a fijar como actúa la policía. Cuando empiezas a fijarte si hoy cuando llegaste a casa te has cruzado o no con un coche de policía, si cuando abriste la puerta de tu casa o no estaban las luces encendidas o la calefacción puesta, si cuando te levantaste esta mañana escuchaste las sirenas. En el momento en que empiezas a fijarte en esos detalles es que tu vida se está convirtiendo en un autentico infierno. Porque controlan todos los aparatos de la administración, te da miedo hasta el ir al médico, porque sabes que no es tu médico, es su médico, te miedo ir al juez, porque sabes que es su juez, te da miedo ir a los servicios sociales, porque son sus servicios sociales, y te da miedo hasta buscar empleo, porque sabes que ese empleo, es su empleo. La policía en España es una autentica mafia, una mafia con lazos en todas partes, de eso se ha dado también cuenta durante sus años en la cárcel.

Sus probabilidades de volver a ver a Susana son escasas, pero aun así va a aprovecharlas. Se va a convertir en su ángel de la guarda. No hace falta ser un hacha para darse cuenta de lo que aquí pasa, están surgiendo un montón de moscones en todo a su alrededor con miras únicamente a aprovecharse de ella. Para él, sin pensarlo demasiado, Ataulfo y Segismundo están tramando algo, y quiere enterarse que es ese algo. Y la policía también lo está tramando. El Indio no es abogado, pero se ha hecho sus cuentas, Isabel se casa, Susana muere, Isabel y su marido heredan, Isabel muere, el marido hereda. Para él, que tantas cosas ha visto y oído en la cárcel no le parece un plan tan descabellado.

No les va a quitar un ojo de encima a ninguno de ellos, y si se entera de algo, va a ir corriendo a contárselo. Pero tiene que darse prisa, él está a punto de caer en la garras de la policía, se le está acabando el dinero por momentos y eso significa vivir en la calle, perdiendo cualquier esperanza de volver a ver a Susana o tener que recurrir a los servicios sociales, que forman parte de la misma mafia que la policía. Es muy consciente de la precariedad de su situación, se le están acabando los bares y restaurantes en el barrio donde preguntar para trabajar aunque sea en negro. Sólo una llamada ofreciéndole trabajo puede cambiar completamente su destino, y parece que esa llamada nunca va a llegar.