Madrid es una ciudad complicada, nada parece lo que es y nada es lo que parece, los matices, los detalles, los pequeños gestos, es lo que diferencia lo hostil de lo ameno, lo verdadero de lo falso, es lo que te puede ayudar a reconocer a un enemigo de un amigo, y aun así debes andarte con cuidado, lo bandos cambian de miembros y nadie lleva un carnet que indique a cual de ellos pertenece. Por ahora, y ninguno de los dos sabe por cuanto tiempo, Segismundo y Ataulfo siguen siendo amigos, se necesitan el uno al otro para ejecutar su plan, Segismundo es incapaz de matar a un insecto, aunque la vida todavía no lo ha puesto verdaderamente a prueba, y Ataulfo no puede acercarse al dinero si no es con la ayuda de Segismundo. El destino los ha convertido por una sucesión de circunstancias incontrolables en aliados, inevitablemente aliados, lo que comenzó siendo una relación basada el la soledad mutua consecuencia del aislamiento al que somete a los individuos una ciudad devoradora de seres humanos como Madrid, ha pasado a ser una sociedad con un fin común, ambos quieren ser ricos. Ataulfo no puede dejar esta oportunidad que le está brindando la vida y no le quita el ojo de encima a Segismundo, la semilla de la desconfianza empieza a sembrarse en ambos compañeros, Ataufo teme que Segismundo pueda darse cuenta de que su presencia puede considerarse superflua si Segismundo hace acopio del valor, o mejor dicho, deja a un lado todos sus valores, se remanga la camisa, y hace todo por si mismo. Ataulfo está nervioso, ahora necesita de la presencia de Segismundo, necesita verlo para sentir que sigue siendo necesitado, hoy no llega a la habitación de Segismundo como tiene de costumbre a la hora de la cena, tras que él haya llegado de clase, hoy lo está esperando en la puerta desde hace rato y lo ve llegar con la mochila al hombro.

Como una flecha Ataulfo pasa a ocupar su silla, esa donde lleva sentándose desde que se conocen y lo visita por las noches, está excitado, sabe que los acontecimientos se están desarrollando rápido, que tienen que estar atentos si no quieren quedarse sin nada, y además hoy tiene algo importante que contarle a Segismundo, y espera que Segismundo haya cumplido con su palabra de ayer y haya iniciado su acercamiento a Isabelita.

Segismundo al oírlo se queda con la boca abierta, se entreve el trozo de bocadillo que estaba masticando hasta que ha oído “ha vuelto”, tiene una mirada de asombro entre estupefacción, y terror, no sabe muy bien que significa eso de que ha vuelto, pero no puede ser nada bueno.

Segismundo tras el gesto de asombro paso a esconder su cara entre sus manos, ha estado escuchando atentamente todo lo que le tenía que decir, y ha estado intentado evitar poner cara de enfado, sabe que, que haya vuelto el Indio no es su culpa. Se quita las manos de la cara, se traga lo poco que le quedaba del último bocado del bocadillo de mortadela que hace rato yace olvidado entre sus manos, y responde.

Ahora Segismundo se levanta de la cama donde hasta hace un momento estaba sentado en apariencia tranquila, estático, sin ningún movimiento visible, y empieza a caminar nervioso de un lado a otro de su pequeña habitación, apenas le da para dar siete pasos se da la vuelta y sigue, y así mientras habla, en una especia de monólogo interior convertido en conversación por culpa de la presencia de Ataulfo, pero que no busca interactuar con él, mayormente lo que necesita es aclarar ideas consigo mismo.

Ataulfo, no sabe si reír o llorar, tiene razón, lo mira con media sonrisa en sus labios con miedo a interrumpirlo, apunto de echar la carcajada, apunto de sumirse en la misma desesperación en la que ahora parece sumido Segismundo. Se da cuenta que lo mejor es interrumpirlo.

Esas palabras, que Ataulfo parece haber medido para buscar el sosiego de su compinche lo único que han hecho ha sido excitarlo más, aunque Segismundo intenta ocultarlo como puede. Julia, como alguien se entere de lo que siente por ella puede estar firmando su sentencia de muerte en el momento en que se acerque la próxima vez a Isabel. No puede enterarse nadie, y mucho menos Atualfo.

Pregunta que tiene un tono inquisitivo, es en realidad una orden en tiempo pasado.