Hace un par de semanas, igualmente coincidiendo con un fin de semana de lluvias, conté lo que a mi juicio es el montaje de la Policía Nacional de España que estoy sufriendo. En el se me quedaron muchas cosas en el tintero, y que creo que antes de que pase más tiempo, y yo me haga más viejo y mi recuerdo más difuso, deberían quedar en algún sitio por escrito.  Nietzsche dice en uno de sus libros algo así, como que escribimos para hacer imperecederos nuestros recuerdos antes de que se esfumen, y eso es lo que yo voy hacer hoy. Este escrito no es más que un complemento del que escribí hace ese par de semanas, por eso para entenderlo será necesario leerlo junto a él.

La primera vez que yo sospecho que alguien intenta asesinarme, fue un día tras poco después de comprarme mi ex moto. Más o menos en el año 2015, como mucho finales 2014, el día exacto no lo recuerdo, tampoco el mes. Yo estaba fumándome un cigarro, tranquilo al sol, un fin de semana después de ir al gimnasio, por la mañana, en un banco enfrente de lo que recuerdo es como una cochera de trenes cerca de la parada de metro de Laguna. Yo estaba mirando mi moto, cuando veo relucir un punto plateado en su rueda, me acerco a ella y veo lo que creo que es un clavo. Tiro de el, y efectivamente era un clavo clavado en uno de sus tacos, de largo podría tener un poco más de lo que es la clavija de un enchufe, eso sí, era más fino. Yo lo extraigo y la rueda no estaba pinchada ni nada, se había quedado en la superficie. Todos podéis imaginar que es lo que hubiera pasado, si ese día yo no lo hubiese visto y la rueda y su clavo, hubieran seguido sufriendo el desgaste diario. Probablemente la rueda hubiera estallado mientras circulase con la moto. Yo por aquel entonces, me había mudado hace poco a vivir a la Calle Pablo Sarasete nº14, 5º Dcha., tenía la moto nueva, hacía poco que me habían hecho contrato en la empresa donde trabajaba (con una subcontrata), Dentsu Aegis Network, y no sospechaba que nadie quisiese asesinarme. No le di mayor importancia.

La segunda vez si que me asuste y mucho. La fecha exacta no la recuerdo, aunque sería fácil averiguarla atendiendo al cargo en lo que entonces era mi tarjeta de crédito, de un ramo de flores justo el lunes de después. Era finales de 2015, septiembre, octubre, más o menos esa fecha. Yo ya era trabajador con un contrato directo con la empresa donde trabajaba Dentsu Aegis Network, contrato que me robaron en mi domicilio, junto con el contrato de arrendamiento del inmueble de calle Pablo Sarasate, antes mencionado, poco después de que me despidieran. El fin de semana antes del lunes que compre el ramo de flores, el sábado por la mañana yo cogí mi coche, ese día me acuerdo perfectamente Sergio el chico que trabajaba (o quizás trabaja) en el taller de abajo de mi casa, estaba abajo hablando por teléfono, justo antes de irme y lo vi. Yo coge mi coche nuevo, y me fui a Puertollano, saliendo de Madrid yo ya veo que un Seat Ibiza de color negro, de los viejos, finales noventa, principios 2.000, me estaba siguiendo, o eso noto. Tampoco le hago más caso. Durante la autovía, nos adelantamos mutuamente un par de veces, cosas sin importancia. En uno de esos adelantamientos, no sé, más o menos una hora tras haber salido de mi casa, en este caso yo era el que adelantaba, había un desvío a la derecha para salir de la autovía, yo estaba adelantando y el Seat Ibiza negro que ese momento iba por mi izquierda pega un volantazo a la derecha con el que a punto estuvo de impactar conmigo y sacarme de la carretera, yo lo esquivo gracias a reflejos felinos girando a la vez a mi derecha, y dando un buen frenazo. Se me puso el corazón a 200, tuve la impresión de que había intentado asesinarme, yo al poco lo vuelvo a adelantar, esta vez ya no pasa nada, me pongo un rato a casi a 200 por la autovía 180 km/h, y lo pierdo, ya no lo vuelvo a ver. Ese día, me acuerdo perfectamente, estaba mi hermana también en casa, y mi padre me recibió en tono sarcástico diciéndome que no esperaba verme tan pronto.

En el tercer intento de homicidio yo ya había sido despedido. A mi me despiden, tras yo denunciar a Marta de la Fuente dentro de la empresa donde trabajaba, justo cuando tras una conversación con ella una tarde de las que yo me había quedado trabajando en la empresa, y ya no quedaba nadie, ella al yo contarle que me habían intentando echar de la carretera, me contesta “eso te lo mereces”, yo esto, y más cosas, lo cuento en la empresa y me despiden. A mi ya me habían despedido, y no podía más, un compañero me había dado la dirección de un psicólogo donde yo iba a desahogarme, a echar todo lo que me estaba pasando. Sinceramente, creo que el psicólogo estaba compinchado, igual que lo creo que lo está todo el mundo. El caso, mientras yo le relataba mis penas, una tarde empece a oír ruidos muy fuertes en la calle, de golpes, yo no les hice caso. Cuando salgo de la consulta, cojo mi moto, (esto sería junio o julio del año 2017), y a la altura de Atocha, noto que se vuelve casi en ingobernable, la dirección no responde, me cuesta mantener el equilibrio sobre ella, algo raro pasa. Me bajo de la moto enfrente de Atocha, y descubro que tiene una llave, literalmente una llave, clavada en la rueda de atrás. La saco y casi en la llanta, o en la llanta, llego al barrio donde la reparan en un taller cerca de mi casa. Os podéis imaginar, que podría haber pasado si igualmente me caigo en mitad del tráfico de Madrid.

El cuarto intento de homicidio sigo en él. Dejar que me explique, me han dejado sin familia, amigos, trabajo. Soy un vagabundo que lo único que tiene son sus estudios y su portátil. Que ha denunciado, a su familia, a sus amigos, a los servicios sociales de la ciudad de Madrid, a un médico de Madrid, a la Policía Nacional, a la Policía Local, y no sigo porque no quiero, lo cual no significa que no lo vaya hacer en un futuro. Que ha denunciado los intentos de homicidio que he relatado, corrupción en la empresa donde trabajaba (contratos de prestación de servicios falsos entre la empresa donde trabajaba y un medio de comunicación, y pagos en efectivo del Partido Popular), que he denunciado que entraban en mi casa de calle Pablo Sarasate y luego también en la de calle San Millan en la Latina (en este caso mi habitación), que ha denunciado que entraban a mi casa y torturaban lo que por entonces era mi perro. Que tengo miedo de todo el mundo, y que creo que tengo motivos para tenerlo, soy pobre, y no creo que vaya a encontrar nunca un trabajo después de haber pagado un master de 24000, los que creo que también están cooperando de forma activa en mi situación. Me explico, están intentando que me suicide. Y sinceramente no hay día que no lo piense. Creo que los trabajadores sociales con los que trato y he tratado están siendo coaccionados por la policía, y creo que no hay absolutamente nadie del albergue donde estoy y donde he estado que no lo sepa. Imaginaros el estrés emocional, ansiedad, sufrimiento, que esa situación me provoca. Tampoco puedo ser mucho más claro, y creo que es fácil entender porque.

La primera culpable es la justicia. Jueces. Evidentemente he dado con una autentica mafia que tiene sus tentáculos muy metido dentro de la administración y que controla todo, desde a un simple bibliotecario, hasta el juez decidió archivar mi denuncia. 
Sinceramente creo, que tanto mi familia como mis amigos han tratado de asesinarme, que la policía lo sabe y está utilizando su influencia para taparlo. Conforme pasen los años, yo al final acabaré siendo un vagabundo loco al que nadie cree y que odia a todo el mundo. Sinceramente creo que hay políticos involucrados, PP, PSOE, para mi todos son iguales de corruptos y malos.
Si quisieran podrían pararlo, pero no quieren, porque es Policías, hijos de policías, cuñados de Policías, los culpables y los que deberían estar en la cárcel.
Yo me defiendo como puedo, estudio muchísimo, los libros me dan la razón, deberías estudiaros la historia de la Alemania Nazi, y veríais como no miento. Como la policía y jueces están contaminados por culpa del Nazismo.
Mi versión, han comprando a mi familia supuestamente comunista, y han sido los fascistas, y quieren o que yo haga lo que ellos digan, o mi cabeza. Y como no hago lo que dicen y además los estoy denunciando, pues toca mi cabeza. Es todo puro fascismo.
Y creo que llevan años detrás mía, desde que soy un niño, y claro como esto salga a la luz…va ser un buen escándalo, lo primero porque la mitad de la policía de Madrid tenía que estar en la cárcel. Esta mañana se me ha quedado mirando un buen rato un policía local, de forma provocativa, imaginaros que pasa si contesto. A eso es a lo que juegan conmigo. Soy vagabundo pobre y loco, que dice que todo el mundo quiere matarlo, ¿y si quien dice la verdad soy yo?, ¿donde queda la mierda de sociedad egoísta que estáis construyendo?