Ha pasado una semana y el fuego ha tenido su efecto purificador. Los ciudadanos descargaron su rabia, y ya no queda nada de ella, el Cuartel de la Milicia absorbió toda la tensión que flotaba en el ambiente. Lo único que queda de lo que pasó ese día son los residuos en los que se transformó esa ira, objetos calcinados, un Cuartel de la Milicia destrozado por el fuego, y milicianos sin sede.


Hay más residuos de lo que pasó ese día y que no tienen que ver con el fuego, ni con la ira ciudadana. Julia no ha vuelto a aparecer. Evaristo desde entonces está en un estado melancólico del que es imposible sacarle, su sentimiento de culpabilidad por todo aquello que ardió hace tiempo que desapareció, pero del golpe de Julia, no ha sido capaz de levantarse. Sabe quien ha sido y porque, ha sido el Martillo, y lo ha hecho en venganza por lo del sobre, por quitárselo de su cajón y por publicarlo en internet. No existe otra explicación racional a tantas casualidades juntas, lo único que le sorprende es la rapidez con que ha ejecutado su venganza.


Aunque la melancolía lo ha sumido en un estado depresivo eso no le ha impedido hacer lo que debía, buscarla. Aun así, no ha sido de encontrar ni rastro de ella, ¿pero como la va a encontrar? si en cada una de las búsquedas había gente de la milicia, y no sólo gente, el propio Martillo en persona. Así no va a ser capaz de encontrarla nunca, siempre van a estar un paso por delante suya, porque a cada lugar a donde vayan, si es que era allí donde estaba, habrá alguien que los habrá avisado antes de que lleguen. Se ha dado cuenta de que está en una muy difícil situación, por un lado tiene la opción de contar que ha sido él quien ha publicado el tweet que provocó el caos de ese día, decir donde encontró la carta, y señalar directamente al Martillo por lo que le ha pasado a Julia. Mientras que por otra lado, puede callarse y seguir jugando a ese juego que ahora juega con el Martillo en el que ambos aparentan no sospechar nada. La diferencia entre ambas posturas radica en que si lo cuenta, el PML y la Milicia lo van a querer matar toda su vida, en cambio si no lo cuenta, el único que va a querer matarlo todo su vida es el Martillo, porque si otra cosa está convencido, aparte de quien ha sido el que ha secuestrado a Julia, es que el Martillo va a tratar de ser todo lo reservado posible en la ejecución de su venganza.


No obstante, no ha sido Julia la única que ha pagado el precio de la revuelta de la semana pasada. Otra de las cosas que sucedieron, fue el asesinato del terrorista del PML que todavía estaba recuperándose de sus heridas en el hospital. La causa es sencilla, ya nunca nadie podrá saber la verdad de lo ocurrido, la carta se ha quedado sin soporte testifical, pasará a la historia como una otro de esos bulos que nadie ha podido nunca corroborar. Salvo que, Evaristo abra la boca, diga donde la encontró, y lo de Julia de repente cobre sentido.


Los remordimientos cada día que pasan son mayores, al principio que el Martillo fuese el que había secuestrado a Julia sólo era otra hipótesis, ahora después de una semana es la única explicación posible. Y no tiene opciones, sabe que nunca va a volver a verla sino dice la verdad, había decidido tirar una moneda al aire y dejar que ella, o el azar, decidiese por los dos, pero eso es una decisión cobarde, significa dejar que el azar se lleve la responsabilidad de los que suceda. Así que no va hacerlo, en su lugar, lo que va a hacer, va a ser contar todo lo que sabe, y sufrir las consecuencias igual que Julia las esta sufriendo ahora por su culpa. Sabe que se va a volver a liar, está por avisar a los bomberos antes de publicar el tweet para que vayan preparando las mangueras, si algo quedó del Cuartel de la Milicia en el primer incendio, el incendio de hoy va a terminar de destruirlo. Pero él no va a estar para verlo, ha echado todos los cerrojos de la puerta, ha llenado la despensa de comida todo lo que ha podido, se ha preparado su propio búnker, para cuando cuente el trasfondo, la verdad, de lo que ha sucedido, no le haga falta salir a ningún sitio, ni dejar a nadie que entre sin ningún motivo importante.
Sabe que en el momento que lo haga ya nunca volverá a ser el mismo, el tweet que hoy escriba cambiará su vida por completo. Tendrá que decir adiós a su antiguo yo, y pasar a ser otra cosa, tendrá que renacer como un personaje público y aprender a vivir con ello. La fama es un arma de doble filo, por un lado es poder, capacidad de influir tu entorno, manipular su forma de pensar y hacer que se asemeje a la tuya, por otro lado es estar obligado a que cada uno de tus movimientos, palabras, reacciones, sean mirados y evaluados con lupa, cada uno de sus defectos se convertirán en aberraciones y cada una de sus virtudes en objeto de envidia. Pero ya le da igual todo, después de liar la que se lió la semana pasada, de asesinar indirectamente al miembro del PML que progresaba favorablemente de sus heridas y llevar hoy siete días sin ver a Julia, lo que hacer ahora es lo único que tiene sentido, lo único que puede solucionar el desaguisado. Se ha dado cuenta de lo que va hacer ahora es lo que tenía que haber hecho desde el principio, porque nada de lo que ha pasado hubiera pasado igual que ha pasado, el Martillo ahora estaría preso, y Julia en casa. 


Abre Twitter y esta vez con su cuenta oficial, inicia un hilo de tweets en los que cuenta todo lo que sabe.