“Estimado Evaristo:
Disculpa que no me haya quedado contigo a discutirlas, ni que previamente te las haya contado de palabra, pero es mejor que no nos vean mucho juntos, debemos tratar de ser lo más discretos posibles. 
Las condiciones las he discutido directamente con gente que tiene contacto con la facción armada del PML que huyó de la cueva. Léelas detenidamente, y tal como te he dicho, en dos días volveremos a vernos. 
Esto es lo que pide el PML para abandonar las armas:

BComo ves no son muchas, ni son irreales, la paz está al alcance de nuestras manos, es una oportunidad única para intentarlo y podemos servir de ejemplo a más comunidades con el mismo problema.
Ya me despido, agradeciéndote todo lo que estás haciendo.
P.D. Perdón por lo de la piedra”.
Evaristo que ha leído la carta a apenas dos pasos de la entrada de su casa y sin siquiera haber cerrado la puerta, al fin se relaja, cierra la puerta, y con paso tranquilo se dirige al salón. Cuando llega al sofá se deja literalmente caer sobre él, y vuelve a leer la carta de Gloria un par de veces más, ahora con más calma que la primera vez que la leyó. No es capaz de encontrarle ni una sola pega, no hay nada que no se esperase, los tres puntos se ajustan a lo que puede desembocar en un acuerdo, el primero no es más que la aceptación de las normas que rigen la actual sociedad, si bien es cierto que con matices, el segundo es consecuencia de su identidad como comunidad que no quiere ser dispersada y con ello destruida, y el tercero no es más que la mejor solución al problema que ahora tienen en la Milicia.
No obstante, se da cuenta que no se discuten, no se tocan en la carta, los problemas más peliagudos. El PML sigue manteniendo una estructura tradicional de familia, con abuelos, padres e hijos, ¿cómo se van a adaptar esas familias a una sociedad donde hace siglos que los apellidos no existen? actualmente sólo hay nombres y lo único que diferencia dos nombres iguales, que se adjudican como todo lo demás por sorteo, es un número que es tu identificador personal. Otro problema es ¿cuando van a cumplir los encarcelados su parte de servicio a la comunidad que les da derecho a aquellos bienes y servicios que ésta le ofrece?, lo único que se le ocurre es que trabajen mientras cumplen condena, y una vez salgan tengan derecho a disfrutar en igualdad de condiciones lo mismo que el resto, casa, comida, libertad. Tampoco se dice nada, de que va a pasar con aquellos que hasta ahora se aferraban a un apellido para exigir privilegios, este problema conecta directamente con el primero, si el PML acepta las normas de la sociedad actual se acabaron para siempre los nobles y cualquier posibilidad de que vuelvan.
Y aparte, a Evaristo se le ocurren un montón más de problemas, pero que no necesitan de ser discutidos porque son la consecuencia lógica, el producto de siglos en guerra. ¿Cómo se llevaran los miembros del PML con los miembros de la Milicia?, ¿integrará bien la comunidad a los amnistiados?, ¿presos que estén cumpliendo más años de condena por crímenes menos graves no se sentirán injustamente tratados?, que haya paz, no significa que se vaya a acabar el odio y el rencor que ambas comunidades llevan siglos acumulando, tiene miedo que lo que hasta ahora era una guerra abierta, sincera, con bandos claramente identificados, se transforme en una guerra encubierta sin armas, robar correo del vecino, empujones por la calle, escupitajos por la espalda…Es un autentico reto para comprobar el nivel de civilización alcanzado en el momento actual.
Habiendo aclarado sus ideas, decide que lo mejor es irse a la cama. Se quita la ropa, se pone el pijama, se limpia los dientes, y cuando siente el tacto suave de las sabanas de algodón se acuerda de su trabajo en la granja, pero sus párpados son cada vez más pesados como para ser capaces de producir pensamientos coherentes, y se empiezan a transformar en sueños. Hasta que está con Julia en Marte, ella está al lado suya de la cama, no se atreve a tocarla para no despertarla, se levanta de la cama y desde su ventana puede ver un cielo completamente rojo, no hay nubes, lo único que se distingue en el cielo es el tenue brillo de la cúpula de cristal que recubre el planeta marciano, en frente puede ver un bloque de edificios, exactamente igual al que donde vive, está en una ciudad, con una calle llena de arboles, en la que no es capaz de ver un coche y todo lo que se ve pasar por ella son bicicletas y peatones. Se siente extremadamente feliz. Cuando de repente empieza a sonar el despertador y al abrir los ojos no está ni Julia, en el cielo es de color rojo. Sigue en la Tierra. Si normalmente odia que el despertador lo despierte, hoy sus lamentaciones se intensifican por la realidad de lo soñado, y el tema que su sueño había elegido. No le queda otra que levantarse de la cama si quiere que sus sueños se transformen en realidad, tiene que ir a la granja para cumplir con sus horas de trabajo obligatorio si no quiere tener problemas, luego a la universidad si quiere ser uno de los médicos que elijan para colonizar Marte, y luego no tiene que ir a entrenar con Julia, porque eso no es un deber sino un placer. Hoy el día promete una monotonía que echaba de menos, no piensa hacer absolutamente nada que no pueda considerarse rutina, a excepción de empezar a rellenar los huecos de la web de votación ciudadana.