Al día siguiente Evaristo está literalmente pegado a la cama, ha cambiado ya un par de veces de postura desde que abriera por primera vez los ojos a la hora en la que lleva sonando toda la semana el despertador. Es increíble lo rápido que se adapta su cuerpo a la rutina. Pero hoy la monotonía de los días ha sido interrumpida porque por fin descansa. No ha sonado todavía el despertador ni está previsto hacerlo en todo el día.

Cuando por fin ha recibido una dosis suficiente de cama decide levantarse. Mira la hora a través de los números luminosos de su despertador todavía protegido por la oscuridad de su habitación, son cerca de las once, la hora perfecta para todavía aprovechar parte de la mañana.

Tras la ducha, se prepara el desayuno, algo de cereales, un poco de leche, y un par de piezas de chocolate para celebrar que hoy es día libre y no tiene que ir a trabajar, y además coincide con fin de semana por lo que tampoco tiene que ir a la universidad. Pasa un rato mirando a las musarañas mientras cuchara tras cucharada vacía el tazón de leche con cereales, hasta que de repente se acuerda de las votaciones de ayer. Con toda la tranquilidad del mundo abre el portátil y lo enciende, en apenas unos breves segundos desde que apretó el botón ya esta dirigiendo el puntero del ratón al navegador web. Visita la web oficial donde fueron las votaciones, introduce su número de identificación personal y su clave, y por primera vez espabilándose en lo que lleva de día, ni siquiera fue capaz la ducha por culpa del cansancio acumulado, mira cargado de excitación los resultados. Primero dirige su atención a la votación local, por proximidad, por los efectos que va a tener sobre su vida, es la que más le interesa, y nada más verla suelta la cuchara en el tazón de leche, provocando gotas que salpican todo a su alrededor, y se lleva las manos a su cara, ha ganada el “Sí” a la construcción de la presa, adiós al bosque tal y como hasta ahora lo conocía que hay cerca de la ciudad donde vive. Tras unos segundos lamentándose protegido en la intimidad de sus manos a la vez que hace gestos negadores con su cabeza, vuelve a levantar la mirada y está vez la dirige a los resultados de la votación sobre la colonización de Marte, en este caso el resultado le hace sonreír, también ha ganado el “Sí”, lo que se ajusta a lo que el votó.

Colonizar Marte, tras todo lo que ha pasado, la humanidad transformó en apenas un par de años toda la organización política y social que hasta la Gran Revolución la había regido, va a ser un auténtico logro para la nueva forma en que se organiza la civilización. Si el comunismo ruso se reafirmó mandando a Laika al espacio, y el capitalismo americano haciendo que la humanidad pisase por primera vez la Luna, la abolición de los Estados, y con ellos la de sus gobiernos y la sacralización de la propiedad privada, iba, tenía, necesitaba reafirmarse es su capacidad de progreso, en este competición invisible pero existente con el modelo anterior, colonizando Marte. De ahí la importancia de la votación y de su resultado. Evaristo lo sabe, por eso se para sin apartar sus ojos del porcentaje que da la victoria al “Sí” a pensar en como empezó todo. La Gran Revolución fue consecuencia de un movimiento pacifico ciudadano que deslegitimó a su gobiernos y junto con ellos sus poderes de regalía, mediante la absoluta desvinculación del pueblo con sus gobernantes. Si el respaldo de los hasta entonces, fronterizos, capitalistas y democráticos estados se media en el número de ciudadanos que acudía a votar a cada uno de esos procesos democráticos, de repente se vieron marginados porque la inmensa mayoría de la clase media, y la totalidad de los más pobres, dejaron de ir a votar. Hartos de que con su voto se legitimase la corrupción ampliamente extendida y conocida por todos y políticas que sólo favorecían a los más ricos. Esto provocó la separación entre el propio estado y aquellos que eran sus ciudadanos, las leyes que emanaban del poder legislativo se quedaron sin respaldo, y los jueces que las aplicaban pasaron a ser literalmente enemigos al igual que los policías que hacían uso de la fuerza para ejecutarlas. La racionalidad sobre la que funcionaba el poder quedó completamente destrozada y no había hecho falta ningún medio violento para conseguirlo, bastó con que la mayoría de la gente ignoró a su dirigentes y órganos estatales a través de los cuales ejercían su poder. Fue así, con una división del pueblo y su clase política lo que provocó la Gran Revolución. No fue un proceso rápido, la Gran Revolución empezó a fraguarse antes de el absentismo electoral, su verdadero comienzo puede identificarse con un previo desligamiento del pueblo con todos aquellos medios de control, invisibles pero efectivos, que lo habían mantenido hasta entonces imbecilizado, fútbol, corazón, política, religión, la Gran Revolución empezó de verdad cuando la gente dejó de consumir toda la propaganda vertida por los medios de comunicación controlados por los mismos ricos que controlaban la economía y política. La Gran Revolución cuando realmente empieza, es cuando la gente deja de ver la tele en casa, cuando deja de comprar el periódico y escuchar la radio, cuando empieza a consumir libros y música independiente, cuando se empieza a interesar por la verdadera cultura, y se da cuenta de que generación tras generación la humanidad ha sido engañada, explotada, robada, maltratada, por aquellos que tenían el poder, y que los medios de comunicación que moldeaban su forma de pensar, no eran más que la droga que habían utilizado los ricos para evitar que se dieran cuenta.

Evaristo acaba riéndose solo. Está tan contento por lo de Marte y por como ha cambiado todo, de lo libre y feliz que se siente, que acaba escribiendo a Julia, por mucho que eso signifique jugar enseñándole las cartas a la partida de poker en que se ha convertido su relación.