Han pasado un par de semanas desde que finalizó el juicio del PML. Pero eso no significa que la ciudad haya vuelto a recuperar la normalidad, que el tema de conversación haya vuelto a ser la falta de lluvia o la mejora de la planta de reciclaje. Todavía hay algo que no la deja descansar, que le quita el sueño por las noches, que impide que la vida vuelva a esa monotonía aburrida que la hace digna de ser vivida. Y ese algo, el “terrorista” que asesinó a dos miembros del PML a su llegada a la ciudad.
Por lo que Evaristo puede leer, se ha recuperado de las heridas lo suficiente como para al menos recuperar la consciencia. Tanto se ha recuperado que incluso ha accedido a dar una entrevista, eso sí, postrado en la cama del hospital donde vive desde que fue herido. Todo el mundo está hablando de esa entrevista, todo el mundo la ha leído ya, y Evaristo quiere enterarse de primera mano lo que dice, confirmar lo que los rumores cuentan de ella, o desecharlos como lo que son, chismorreos que como en el juego del teléfono escacharrado han perdido todo el sentido en su deterioro continuo, que se produce en la transmisión de información por el boca a boca.
La tiene delante de los ojos, que llevan un rato entretenidos observando la foto que hay en la portada. En ella aparece el presunto “terrorista” enganchado a agujas que le inyectan el suero con el que ahora se alimenta, o que le suministran la medicina con la que palia el dolor de las heridas provocadas en su cuerpo por las balas que casi acaban con su vida. También se ven otros aparatos que muestran su frecuencia cardiaca, chivatos que avisarán en caso de que su cuerpo colapse. Para Evaristo ha llegado el momento de enterarse de primera mano, porque ha levantado tanto revuelo y comienza a leerla, haciendo un esfuerzo inhumano, titánico por mantener los ojos abiertos, y su atención activa, tras una larga y dura mañana de trabajo en la granja y una tarde todavía más larga y dura en la universidad, en las que no se ha hablado de otra cosa que no sea de la entrevista. 
“Lo que va a leer a continuación, es la primera entrevista que concede el “terrorista” que acabó con la vida de dos miembros del PML cuando entregaron las armas como culmen del proceso de paz.